Después de idas y venidas, cambios de perspectiva y crisis existencial, decidí volver a la sonrisa de Julián como base fundamental de su retrato. Encaro su sonrisa como un mecanismo de defensa, un escudo que él mismo utiliza para no mostrar lo que realmente siente.
Para este retrato, me basé en la estética de los retratos de Polaroid de Andy Warhol.
Dibujé una sonrisa forzada e hice que Julián la sostuviera mientras yo le iba planteando diferentes situaciones para lograr una reacción de tipo gestual.
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